De la Iluminación a la Manifestación

El Papel del Ego en Nuestra Vida y el Dinero

La Flor de Loto |@laflordelotoma |13 de Julio de 2023

La mayoría de los seres humanos tenemos la mente condicionada a la pobreza; nuestro sistema económico nos insta a sentirnos incapaces de ser ricos. Desde la escuela, incluso desde antes de nuestra salida a la sociedad nos enseñan que nos falta dinero y carecemos muchos de productos para satisfacer nuestras necesidades básicas; pero, sobre todo, que debemos depender salarialmente de otros porque nosotros solos “jamás podríamos llegara a tener suficiente dinero para hacernos responsables de nosotros”.

Solo hasta esta nueva era, a raíz de la pandemia que la humanidad se fue dando cuenta de que, puede sobrevivir sin el sistema económico mundial, sin depender de una empresa. Hemos sido capaces de observar que, estamos dotados de algo que solo nosotros podemos o hacemos de cierta manera, para lograr subsistir en el mundo. 

Y, lo más increíble es que, aún cuando varias personas pueden hacer lo mismo no lo hacen igual, y los gustos de los clientes siempre son variados; eso da lugar al intercambio. Me explico de otra forma, no está mal ser empleador ni empleado; sin embargo, la relación de trabajo en la cual el trabajador -quien aporta su conocimiento y voluntad al funcionamiento de la empresa- se encuentra marginado con respecto a sus empleadores, porque depende de leyes o acuerdos aceptados, tristemente, por él mismo, disminuyendo así, su capacidad de producir dinero con las habilidades y dotes que le han sido entregados. Resalto: no lo hace porque alguien lo esté obligando si no porque en su libre voluntad desea permanecer así y, obviamente, porque de esa forma funciona el sistema económico que hemos aceptado, según el cual, se rompe el equilibrio, dejando de comprender que, todos somos igual de valiosos y nos convertimos en competidores. 

Ese desequilibrio lo crea la ilusión del Ego, tejida por un universo de creencias dentro de las cuales soy mejor que los demás porque poseo la materia simbólica del dinero, prestigio antes los ojos de los demás y los míos y, un sin fin de cosas que me he creído son importantes para existir; desvirtuando la verdadera esencia de la vida, utilizar la energía creadora del Universo para nuestro bienestar y el de otros. De esta forma llegamos al punto principal de este post, todo lo que se manifiesta en nuestro exterior es una manifestación de nuestro interior.

¿Cuál es la diferencia?

Nos manejamos dentro de un sistema donde cuando tengo dinero, estatus, cargo o título soy importante ¡Una gran mentira de nuestro ego! Los roles que asumimos en la sociedad solo nos llevan a reafirmar estructuras de pensamiento en los cuales, nos diferenciamos o nos limitamos a clasificarnos en un grupo social u otro. 

¡No cambiamos! Si nos quitamos todo de encima, ropa, joyas, calzados, perfumes y cremas, somos todos el mismo cuerpo compuesto por órganos, músculos y huesos, bacterias, virus y hongos; más allá de eso, somos células y procesos bioquímicos, y aún más allá somos fotones de luz y vació.

Diferenciarnos unos de otros, se basa en un pensamiento arcaico, con el cual, nos obligamos a disfrutar de las maravillas que nos ofrece el plano ilusorio como lo expresa la Cábala. Nos hacemos creer que, la realidad humana se restringe a lo que podemos percibir con nuestros sentidos físicos; por tal ideología, quien tiene más materia tiene más poder. Por eso, el dinero físico es tan importante para nosotros y nos olvidamos, que sin la energía necesaria para atraer a su igual en abundancia, ese dinero no existe en nuestros haberes. Corremos en dirección opuesta a él.

Dicho de otro modo, lo importante no es tener dinero sino tener la energía para atraer el símbolo material de dinero a nuestra realidad. 

No existe diferencia alguna entre los seres humanos, aun cuando no nos guste “TODOS SOMOS IGUALES”. Dentro de todos nosotros, hay una oscuridad que no vemos, sentimientos y emociones que vibran atrayéndonos circunstancias y personas que nos muestran que eso está allí y es necesario iluminarlo. Nuestra oscuridad es solo limitación ante nuestra verdadera esencia. Cuando estamos a oscuras, nuestras acciones y reacciones están determinadas por ello, el mundo que nos rodea es una manifestación de la oscuridad interna y estamos en constante lucha contra aquello que creemos que otros tienes o no tienen a causa de nuestra propia dificultad de vernos.

Si dejáramos de clasificarnos, estratificarnos, degradarnos, menospreciarnos y, comenzáramos a ver que, todo ser humano es una fuente inagotable de dinero, a la que solo le hace falta desmitificarse de todo lo que limita su relación con el símbolo terrestre de él, y disfrutar de lo que de verdad le va a dar una vida plena, su capacidad energética para atraerlo. Comienza a pensar: ” Soy Rico” a ver qué pasa.

¡Soy Rico!

Todos somos ricos, no lo sabemos, pero lo somos. Nuestra mentalidad de escasez es lo que no nos deja ver lo abundante que somos.

No estamos en la Tierra por causalidad, ni existe todo en ella para nuestra subsistencia por pura coincidencia.

Realmente, le hemos dado mal uso a la tecnología y al planeta; y digo eso, cuando me valgo de ambos; pues, creo que, circunstancialmente debía ser así.

En la Tierra, ya todo estaba dispuesto para que viviéramos e incluso, si faltaba algo, sin necesidad de dañar nada, podríamos tenerlo. Así existieron muchas generaciones antes que nosotros, dejamos de servir a la humanidad cuando desproporcionadamente decidimos que debíamos organizar, clasificar, desnivelar, interrumpir el flujo constante de conocimiento interno al que, los griegos por ejemplo, se dedicaron con tanto esmero. Aunque fue mucho antes que eso.

En el Universo hay de todo, y todo es por medio de la consciencia. Necesitábamos entonces, alguien que le pusiera orden al caos primordial del que provenimos; y más aun, necesitábamos esconder nuestra naturaleza de consciencia divina, de energía pura para protegernos de otras existencias menos puras y menos densas que nosotros.

Así nace el Ego, como reflejo del miedo transmitido a nosotros por la llamada “inconsciencia colectiva”, un cúmulo de creencias, costumbres, patrones y estructuras de pensamiento que se han ido almacenando en la memoria del holograma que es nuestro planeta. Nuestro Ego, no es más que todo el condicionamiento del que somos protagonistas durante toda nuestra vida, además de lo que le permite al alma conectarse con Dios o la energía del Creador. 

El Gran Organizador

Y es que, el Ego es el GRAN ORGANIZADOR. Ese es su papel más primordial. El ego o nuestra mente es, lo que organiza todo nuestro mundo externo desde el interior.

Si bien, el Ego hoy día, está lleno de limitaciones que promueven una vibración muy baja de la consciencia, es decir, como esencia nos hemos degradado a la más baja vibración por voluntad propia. Es, por lo tanto, la oscuridad que hemos alcanzado interna y externamente, por no ser conscientes. Recordemos que, lo que piensas se manifiesta, Pablo dijo: “transformaos por la renovación de la mente”, el Hermetismo dice: “como es adentro es afuera”, el Maestro Jesús “de la abundancia del alma habla la boca. El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca buenas cosas” y el budismo resalta: ” todos los seres cuentan con la naturaleza de Buda (iluminación). Pero se halla cubierta con una oscuridad de la que no pueden escapar”.

Y, no podemos escapar de ella, porque esa oscuridad es el Ego, lo que le da forma a nuestra percepción del mundo, tal como lo conocemos, en materia, en densidad. En otras palabras, para que el mundo sea lo que es, en nuestra mente o ego, debe existir todo lo que en el mundo hay, o como dicen las enseñanzas del Ho oponopono, todo lo que hay en nuestras vidas es un pensamiento, una programación o memoria que funciona desde dentro hacia afuera. ¿No lo crees? Hazte esta pregunta: ¿si la gente no creyera en la pobreza, todavía existiría?

No podemos despojarnos del ego, porque lo necesitamos para poner orden. Pero podemos convivir con él, ayudarlo a que nos sirva para que la nada o el vacío interior, nos cree una percepción más agradable, amena, provista de lo que necesitamos.

El Por qué del Autodescubrimiento

Autodescubrirse es, mirar a tu interior. Conocer las profundidades de tu ser. Si te ves con ojos más compasivos, amorosos, merecedores, empáticos, amigables, bondadosos; verás la mundo de otra manera; pues, si tu realidad interior es lo que crea tu realidad exterior, es necesario que cambies tu relación contigo mismo.

Si ves en el mundo exterior, tristeza, agonía, maltrato, envidia, rechazo, mentiras, eso equivale a que en tu interior esas cosas prevalecen sin que puedas darte cuenta; es por ello que, la mejor estrategia para transformar lo que ves a tu alrededor es ir allí donde se oculta lo que ves alrededor de ti, y ponerle luz.

La Iluminación es una palabra que asumimos solo puede ser aplicada a Jesús, Gautama Buddha, Krisna, y otros pocos, sin observar que eso es, simplemente alumbrar tu oscuridad interna para manifestar esa misma iluminación al mundo, por lo cual, es accesible a todos. 

La meta final del autodescubrimiento es simplemente tener una mejor percepción de ti mismo y del mundo que te rodea. 

Con Amor Infinito, Mirtha Atacho