La Vida es un Juego de Boomeran
Por Mirtha Atacho | Blog Personal | 29 de septiembre de 2023
Mi buena voluntad es una fuerte torre a mi alrededor, ahora cambio todos los enemigos en amigos, toda la inarmonía en armonía, todas las injusticias en justicia.
Florence Scovel Shinn
Hasta ahora has vivido sin darte cuenta de una ley a la que has llamado Dios, una fuerza de atracción que los budistas han llamado Karma, un principio inviolable llamado por los Herméticos, de correspondencia; hasta aquí has echado culpa a diestra y siniestra, despojándote de la posibilidad que tienes de mejorar las cosas a tu favor.
"Como es adentro de afuera"
Por eso la vida es un boomerang, envías y recibes de regreso. Lo bueno, lo no tan bueno volverá a ti porque tu eres el sujeto que está enviando lo que hay en ti; pues, ese es un detalle muy interesante, solo puedes dar lo que hay en ti; y somos seres físicos que existen en un plano dual, eso quiere decir que dentro de ti hay tanta luz como oscuridad pueda caber allí. Lo que siembras para tu vida lo cosechas, y lo que hay en tu vida existe ya en tu pensamiento o en tu interior.
Volviendo a lo anterior, el pecado desaparece cuando entendemos que, el plano físico es del dolor, necesitas evidenciar en la materia para aprender y, has venido aquí con un plan del alma en el cual muchas otras almas han concretado contigo para apoyarte en tu sanación; a través del sufrimiento, por supuesto. Nadie peca contra ti, todos somos espejos de los otros y ellos nuestros, nos estamos ayudando a crecer y tomar de la mano al niño herido que guardamos en nuestro inconsciente.
Aquí va algo que no le va a gustar a la parte de tu personalidad que le gusta juzgar, señalar criticar y comparar: “nadie te hace daño sino lo permites”; las personas hacen cosas necesarias para que ellos y tú puedan observar sus heridas y los patrones de pensamiento de cada uno; por tanto, ¡SI! son conductas que causan sufrimiento, porque aquí se aprende así.
Entonces, realmente, no hay posibilidad de que te hagan daño, lo que hacen simplemente, es cumplir sus acuerdos álmicos. Por supuesto, te hace sentir dolor porque así se evoluciona en éste plano, además, si sufres es porque lo que ese alguien te muestra es algo que debes sanar o integrar. El sufrimiento indica que te estás resistiendo y, si estás tan consciente como para notarlo, quiere decir que vas por buen camino.
Las cosas que hacen las personas no les hace ser malas. Dentro de cada personas hay una chispita del Creador, así que no puede ser malo, solo toma decisiones erradas, actúa y piensa de forma equivocada. Odiar a una persona por hacer algo que creemos “del mal”, es simplemente, condenar a esa chispita de Dios que lleva en su interior que, aunque esté dormida sigue estando allí.
Todos y cada uno de nosotros, nos manifestamos de forma perfecta porque eso que mostramos al mundo, así sea malandro, asesino o lo que sea, es la forma en que nuestra alma decidió experimentar está encarnación, es el papel que decidió cumplir la chispita de Dios en nosotros para evolucionar ¿por qué hemos de juzgarle? “el que esté libre de injusticias que tire la primera piedra”. Al final, en cada uno de nosotros existe un poquito de eso que juzgamos; aquí si aplica la palabra: “somos pecadores de los mismo que criticamos”. El antídoto para esto es, el perdón sincero y amoroso, el que enseñó el Maestro Jesús; perdonarte a ti mismo y al otro, soltar lo que te duele y amar incondicionalmente.
Ahora te pregunto, querido/a lector/a ¿Le has deseado el mal a alguien que te ha hecho daño? deseas que tú Dios le castigue ¿Verdad? ¡esa me la va a pagar! ¡Si! sé que te suena. Dios no castiga a nadie. Resulta que esa misma ley, ese mismo principio, que es natural, trabaja sin contratiempos y automáticamente regresa lo que cada uno ha deseado para sí mismo. Pues si, es que cuando deseo hacerle daño a otro, me los hago a mi misma, no porque Dios sea un malvado justiciero que está esperando que “pequemos” para enviarnos el peor castigo ¡NO! Sino, porque al utilizar nuestro pensamiento ligado a las emociones hacemos uso de la Ley de la Atracción, la Ley del Karma, el principio hermético de compensación… COMO ES ADENTRO ES AFUERA Y COMO ES AFUERA ES ADENTRO. Así que, aquello que deseamos para el otro, el universo muy gustosamente nos lo da a nosotros también… ¡CLARO, ES UN DESEO! y como yo digo: “En la guardia universal, todos ganamos”. Cada uno decide lo que quiere para si.
Todo lo mencionado nos lleva a decidir, desde nuestra consciencia, obrar de manera impecable con los otros o resistirnos. Hemos llegado a creer que, no importa si obramos bien o mal, porque si nuestras acciones nadie las castiga entonces somos libre de hacer lo que se nos dé la gana, y nada de eso es verdad, no haces lo que se te da la gana, estás haciendo lo que el creador decidió que hicieras con anterioridad… ¡Si, en tu plan existencial! La única decisión que tomas cada día es vivir en paz o en sufrimiento ¡que no se te olvide! Se llama libre albedrío. Y, finalmente, nadie hay más que tú para castigarte, te regresas todo lo que haces sea positivo o negativo viene de regreso a la fuente que lo produjo. Por esto, la máxima de la mayoría de las religiones, filosofías y hasta de la ética es:
"Haz a los demás como a ti te gustaría que te hicieran".
Comentarios
Publicar un comentario